viernes, 14 de enero de 2011

De la poesía de Dinko Pavlov

Una ventana abierta a mi infancia
estremece mi garganta
resucitando antiguos dolores,
castigos medievales;
eran tiempos de voz baja,
silencio era la orden sagrada,
infinita represión
que ahora disuelvo con paciencia,
con el devenir de los años
el discurso se vuelve justo.





Hoy por hoy,
helados besos en la conciencia
avisan que el invierno
refleja su pasada,
nos vuelve metales
o bruñidos espejos parpadeantes,
Más allá todo en movimiento
trata de ganar espacios,
volver desde la muerte es el lema
con miradas solemnes.

Enmudece el silencio,
la caída de la nieve detrás de la puerta
pone su afilado dedo
sobre los labios,
haciendo huir las palabras
en todas direcciones,
ladrones sorprendidos
en plena faena.

Oraciones y frases se enmascaran
en evasivo discurso,
emergen rompiendo su pacto
a la hora precisa en que el diálogo
“requiescat in pace”.