La editorial El Eterno Femenino edita este libro "hecho a mano (...) por lo que cada ejemplar será único y se imprimirá tanto como el público lector lo requiera, por ello cada una de las ediciones será numerada".
Cuentos y relatos de Fiestas es el tercer libro de Pterocles Arenarius. Consta de once narraciones, algunas difícilmente clasificables por género pues pudieran considerarse dentro del cuento ortodoxo algunas, del relato más o menos accidentado y sinuoso por sus divertidísimas digresiones, otras y hay textos que se pueden considerar alegorías, como Papas, amor mío o aquel (Ese conecte) en que el verdadero protagonista es el lenguaje.
El fondo de estas narraciones es la fiesta en múltiples variantes. En el trasfondo están el humor y el amor. Por más que suelan encubrirse o disfrazarse con las máscaras del salvajismo, el abigarramiento y la vorágine.
Dos cosas reconoce el autor de Fiestas, una, como anota (tomando prestado de Walt Whitman) en el prólogo "Esto que tienes en tus manos, lector, no es un libro, es un hombre", es decir, la flagrante, a veces descarnada honestidad que se siente ya desde el prólogo. Además el hecho de que este libro se fraguó muy lentamente, durante unos treinta años, de tal manera que es algo así como una antología personal del llamado Pterocles Arenarius.
Cuentos y relatos de Fiestas es el tercer libro de Pterocles Arenarius. Consta de once narraciones, algunas difícilmente clasificables por género pues pudieran considerarse dentro del cuento ortodoxo algunas, del relato más o menos accidentado y sinuoso por sus divertidísimas digresiones, otras y hay textos que se pueden considerar alegorías, como Papas, amor mío o aquel (Ese conecte) en que el verdadero protagonista es el lenguaje.
El fondo de estas narraciones es la fiesta en múltiples variantes. En el trasfondo están el humor y el amor. Por más que suelan encubrirse o disfrazarse con las máscaras del salvajismo, el abigarramiento y la vorágine.
Dos cosas reconoce el autor de Fiestas, una, como anota (tomando prestado de Walt Whitman) en el prólogo "Esto que tienes en tus manos, lector, no es un libro, es un hombre", es decir, la flagrante, a veces descarnada honestidad que se siente ya desde el prólogo. Además el hecho de que este libro se fraguó muy lentamente, durante unos treinta años, de tal manera que es algo así como una antología personal del llamado Pterocles Arenarius.
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